China se ha convertido recientemente en la capital mundial del comercio y de la producción debido a la mano de obra barata. Además, cuentan con la mayor población del mundo con 1,412 millones de personas y el segundo PIB más alto después de solo EE.UU.
En los últimos años, EE.UU y China se han visto involucrados en una batalla comercial para mantener el protagonismo en el mercado internacional. Todo empezó en 2018, cuando Trump aumento las tasas de aranceles que debían pagar productos chinos, y Xi Jinping replico inmediatamente con un impuesto extraordinario sobre 128 productos estadounidenses. Las tensiones aumentaron progresivamente hasta que a finales de 2019, ambos presidentes se sentaron en la mesa de negociaciones y acordaron retirar los aranceles tan ridículos.
Hubo unos meses de tregua, hasta que estalló la pandemia mundial desde Wuhan, China. Trump acusó al gobierno de Pekín de que se les había escapado el virus de un laboratorio y por lo tanto, lo denominó como “Chinese virus” o “Kung-flu”. Trump en su línea. Como era de esperar, los chinos no se lo tomaron muy bien y volvieron las tensiones entre ambos.
Seguimos más adelante en el tiempo y llegamos a las elecciones presidenciales estadounidenses, donde el Demócrata Joe Biden sale ganador a pesar de las acusaciones de fraude electoral de algunos miembros del partido Republicano liderados por Trump. Todos pensábamos que al ser una persona más pasiva, que el conflicto con China acabaría o iría a menos. Todo lo contrario.
Desde el año pasado y desde la reelección de Xi Jinping como presidente de la república, las tensiones han aumentando otra vez por una nueva crisis de intereses entre los dos países protagonistas: la independencia de Taiwan. Una distracción perfecta para alejar la atención de los verdaderos problemas que sufren ambas naciones de manera interna. Los chips producidos en masa en esta pequeña isla al sur-este de China, son de vital importancia para la producción de muchas cosas, como coches, móviles o armamento.
La isla de Taiwan se independizo de China después de una guerra civil, en la que los comunistas de Mao Zedong se hicieron con el país mientras que los nacionalistas de Chiang Kai-shek escaparon a esta pequeña isla. Ahora, Pekín quiere retomar posesión con el objetivo de tener mayor control sobre los mercados internacionales.
Les ha salido el tiro por la culata, debido a que Estados Unidos dijo que estaba dispuesto ha empezar una guerra contra China para defender a Taiwan. Ambas naciones tienen ojivas nucleares y los dos ejércitos más potentes del mundo, y debido a los aliados de ambas partes, lo más probable es que estaríamos ante la Tercera Guerra Mundial.
Han pasado varios meses de paz relativa entre estos dos, yo creo que porque la guerra entre Rusia y Ucrania está desviando la atención de ambos gobiernos. Es cuestión de tiempo que vuelvan a encontrar otro motivo de conflicto, o aun peor, que reaparezcan los fantasmas del pasado de Taiwan.
Fuentes: “yo mismo”.