Muchos estaremos de acuerdo en que estas Navidades han estado marcadas por la «vuelta a la normalidad» tras dos años de restricciones derivadas de la crisis sanitaria del covid-19. No solo las personas que viven fuera de su país natal han podido volver a casa por Navidad por primera vez desde antes de la pandemia, sino que este año no hemos tenido que preocuparnos por cuántos podíamos reunirnos en una misma cena o por el resultado de las pruebas PCR que necesitábamos hacernos para poder disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos.
Una los eventos más esperados y destacables del levantamiento de las restricciones ha sido la vuelta del público en las campanadas de la Puerta del Sol. Una tradición característica de nuestra cultura y que casi 20 000 personas disfrutaban cada año en vivo.
No obstante, debido a que todavía no estamos completamente «libres» de los peligros del covid-19, y a que actualmente se están llevando a cabo obras en la Puerta del Sol, el aforo ha quedado restringido a 7500 personas.
Dicho aforo fue controlado exhaustivamente tanto en las «preuvas» del 30 de diciembre como en las campanadas del 31. El control incluía filtros peatonales que contaban la entrada de personas desde los cuatro accesos a la plaza, además de la involucración de los cuerpos de la Policía Nacional, el SAMUR, Protección Civil y Bomberos.

A partir de las 21 horas la policía comenzó a desalojar la plaza y los primeros en entrar lo hicieron a las diez y cuarto de la noche. Las primeras personas en entrar afirmaban haber pasado horas interminables haciendo cola en cualquiera de los accesos para asegurarse un buen sitio desde el que despedir el año.
Entre las 7500 personas que se encontraban en la Puerta del Sol una vez completado el aforo podía encontrarse gente de todas partes de España (y del Mundo) que vino a formar parte de una de las costumbres más populares de las fiestas en nuestro país.
Gracias al servicio de todos los trabajadores involucrados en asegurarse de que todo marchara correctamente, y a la ilusión y alegría con la que la muchedumbre estaba dispuesta a disfrutar la noche, no puede destacarse ningún accidente o altercado que pudiera haber complicado la celebración. Por ello, podremos recordar esta primera Nochevieja sin restricciones con una sonrisa en la cara.
Feliz Año Nuevo a todos.
Fuentes:
Imagen destacada: Imagen de las Campanadas del 2017 en la Puerta del Sol de Madrid. SANTI DONAIRE
https://www.elmundo.es/como/2022/12/31/63af3162fc6c835f0a8b45c0.html