
Noche épica a la vez que trágica la que se vivió en el Cívitas Metropolitano el pasado miércoles, donde se enfrentaron dos titanes europeas, tales como el Atlético de Madrid y el Bayern Leverkusen, un duelo que dejó a más de un aficionado boquiabierto por la montaña rusa de emociones que se sufrió durante el encuentro.
Se observó a un Leverkusen muy metido en el partido, con muchas ganas de meter gol desde el inició, lo cual se pudo ver reflejado en el minuto nueve con un zapatazo dentro del área colocado a la esquina superior izquierda de la portería guardada por Oblack que ejecutó Diaby. El Atleti tardó solo unos instantes en reaccionar, y fue justo después del primer gol del encuentro en donde vimos a un Atletico de Madrid con ganas de comerse el partido, con actuaciones talentosas como las de Angel Correa, que últimamente está jugando muy bien.
Fue tal el hambre de ganar del Atletico que en el minuto 22 apareció Carrasco, recortando a los defensas por el borde del área y mandando un disparo raso hacia el palo izquierdo de la portería rival, imposible de parar para el guardameta. Generando así una brizna de esperanza a la grada y aficionados.
Pero en la Champions no se puede dar por acabado nada hasta que no suena el pitido final, y desde el gol de Carrasco, el Bayern Leverkusen reagrupo fuerzas y siguieron atacando. Tan solo nueve minutos después del gol de Carrasco apareció Odoi para arrebatar el sueño al Atlético de Madrid para clasificarse en la Champions. El gol del Leverkusen fue debido a un mal gesto de Correa que el Leverkusen utilizó para ponerse por encima del marcador.
Pero este tira afloja no acababa ahí, ya que después de la media parte, exactamente en el minuto 56 apareció Rodrigo De Paul, con un disparo lejano desde fuera del área. el esférico se envenenó rápidamente y consiguió coger el perfecto para que le fuese imposible parar al portero contrario. Con el empate en casa, el Atletico empezó a creer más que nunca y todo apuntaba a que esa noche algo bueno o malo iba a suceder.
Como amante del fútbol, creo que jamás he visto unos veinte minutos finales tan desesperantes, no apto para corazones débiles, donde vimos a los dos equipos jugando a su máximo nivel. Donde el Atleti fue claramente superiores, con actuaciones espléndidas como las combinaciones entre Rodrigo De Paul y Nahuel Molina en la banda derecha, y paradas increíbles de Oblack.
Con cinco minutos de descuento, todo seguía reñido, y en el último minuto del descuento, se provoca un penalti por culpa de una mano de la defensa del Leverkusen. Donde Carrasco tuvo la victoria en sus botas, pero que el guardameta pudo parar adivinándole el lado del disparo.
Simplemente, vimos un partido digno de enmarcar y que tendrán que pasar varios años para que se vuelva a repetir un partido tan reñido.