El pasado 27 de octubre de 2021 el gobierno portugués liderado por el socialista António Costa se vio envuelto en una crisis institucional insostenible. La asamblea de la república rechazó la propuesta de presupuestos generales del estado presentados por el ejecutivo socialista haciendo inevitable la decisión del presidente Marcelo Rebelo de Sousa de convocar elecciones generales.

Desde ese día la crispación en la política Portuguesa ha ido creciendo a un ritmo imparable y cada vez más fuerzas políticas son claras candidatas a obtener representación en la Asamblea de la XV legislatura, la cual promete ser la más heterogénea de la historia. Diversos partidos políticos con ideologías que tradicionalmente no cuentan con mucho apoyo en Portugal poseen de acuerdo con las encuestas con una intención de voto inédita. Dos casos que ejemplifican a la perfección esto son los partidos CHEGA y el PAN. CHEGA (Basta en portugués) es un partió que se define a sí mismo como conservador y cuya ideología es cercana a la del partido político español VOX, de acuerdos con los principales sondeos podría alcanzar el 8% de los votos realizando así un entrada triunfal en la asamblea teniendo en cuenta que este partido no contaba con prácticamente ningún apoyo en las anteriores elecciones. Por otro lado otros partidos de izquierda ecologista como el PAN (Personas, Animales y Naturaleza), el cual obtuvo 4 escaños en las ultimas elecciones probablemente mejoré este resultado y sea clave para la formación de gobierno tras las elecciones al igual que lo fueron los verdes en Alemania.

Si bien este panorama ya es prácticamente impredecible a esto se le suma la dramática situación en la que se encuentra el país en cuanto a el gran aumento de casos de COVID-19. Actualmente de acuerdo con la agencia EFE en Portugal, un país con 10,3 millones de habitantes, 960000 (Aproximadamente un 10% de la población) se encuentran confinados en su domicilio. El impacto que esto puede tener en la participación del electorado probablemente sea decisivo ya que ante un empate técnico entre la derecha, liderada por el PSD (Partido Social Demócrata) que contaría con un 34% de la intención de voto y la izquierda, liderada por el PS (Partido Socialista) que contaría con un 33% de la intención de voto.

El impacto que la irrupción de nuevos partidos sumado a la posible bajada en la participación electoral en las elecciones del próximo domingo 30 de enero serán factores clave que nos ayudarán a entender los resultados electorales y cuyo efecto transcenderá en la historia de Portugal para siempre.