Las cuevas de Altamira, ubicadas en Santillana del Mar, «el pueblo de las tres mentiras», son uno de los sitios arqueológicos más importantes y fascinantes del mundo. Descubiertas en 1868 por el arqueólogo local Marcelino Sanz de Sautuola, las cuevas de Altamira contienen algunas de las pinturas rupestres más impresionantes y antiguas jamás encontradas.
Las cuevas fueron habitadas por humanos prehistóricos hace unos 35.000 años, durante el período del Paleolítico Superior. Las pinturas de las cuevas muestran animales como bisontes, ciervos, caballos y osos, así como figuras humanas y símbolos abstractos. Las pinturas se realizaron en una técnica conocida como «pintura rupestre», en la que los artistas utilizaron pigmentos naturales mezclados con agua para pintar en las paredes de la cueva.

La calidad de las pinturas es asombrosa. Los detalles de los animales y figuras humanas son impresionantemente precisos y realistas, y la habilidad de los artistas para crear sombras y efectos tridimensionales es increíble, especialmente teniendo en cuenta que estas obras fueron realizadas hace miles de años, sin la ayuda de la tecnología moderna.
La cueva principal es de unos 270 metros de largo y consta de varias cámaras. La cámara principal, conocida como «la sala de los bisontes», contiene algunas de las pinturas más impresionantes de la cueva, incluyendo una imagen de un gran bisonte que se extiende a lo largo de la pared. Otras cámaras contienen pinturas de animales más pequeños, así como símbolos y figuras humanas.
Aunque las cuevas de Altamira son sin duda impresionantes, su importancia trasciende el mero hecho de ser un sitio arqueológico interesante. Estas pinturas son una ventana al mundo de nuestros antepasados prehistóricos, y nos permiten entender mejor su forma de vida y su relación con el mundo natural. Los animales que aparecen en las pinturas, por ejemplo, son especies que eran comunes en Europa en la época en que se realizaron las pinturas, y las escenas retratadas nos muestran cómo estos animales eran cazados y utilizados por los seres humanos prehistóricos.
La cueva de Altamira es también importante por la técnica utilizada para crear las pinturas. Los pigmentos naturales que se utilizaron son sorprendentemente duraderos, y las pinturas han sobrevivido a lo largo de los siglos gracias a la protección natural que proporciona la cueva. Además, la complejidad y precisión de las pinturas sugieren que los artistas prehistóricos tenían una habilidad y una destreza excepcionales, lo que nos ayuda a entender mejor su cultura y sus valores.
Desafortunadamente, la cueva de Altamira está cerrada al público desde 2002 para su protección y conservación. Sin embargo, se puede visitar una réplica de la cueva en el Museo de Altamira, que se encuentra cerca del sitio original. La réplica es una reproducción exacta de la cueva, incluyendo las pinturas, y ofrece a los visitantes una idea muy cercana a la experiencia original.

Así como dato interesante acerca de este maravilloso lugar, se ha hecho una película acerca de la intrahistoria del descubrimiento titulada «Altamira». En conclusión, es una visita totalmente recomendada para una escapada por el norte de España.
En el siguiente enlace pueden consultar información sobre el horario de visitas, ubicación y disponibildad: https://www.culturaydeporte.gob.es/mnaltamira/home.html