Todos sabemos que en el autobús es completamente obligatorio el uso de la mascarilla, en el avión el uso de esta última es cada vez menor y en el metro es casi inexistente. Por lo tanto, los expertos han decidido llegar a una decisión, acertada para unos e irresponsable para otros.

Como confirmó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el pasado miércoles 25 de enero, el uso de la mascarilla en el transporte público llega a su fin de forma inminente, según el experto en “breve”, “esta semana o la siguiente”. Esta afirmación coincide con la opinión de la ministra de Sanidad, Daniela Darias, a pesar de evitar a toda costa poner una fecha declaró un simple “pronto, pronto, pronto”.

Esta decisión es ante todo polémica, para muchos es más que idónea y para otros es una verdadera imprudencia. Unos dicen que es absurdo el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público puesto que en espacios cerrados y mal ventilados está más que permitido no llevar cubrebocas, sino que esta decisión reposa en la conciencia de cada uno. Al igual que en múltiples lugares de ocio en los que por supuesto no se guarda la distancia de seguridad establecida, como pueden ser los bares, el uso de la mascarilla no es obligatorio.
Al contrario, otros se posicionan como partidarios de continuar con la medida implantada a comienzos de la pandemia COVID. Dicen que es totalmente irresponsable erradicar el uso de las mascarillas en la temporada de invierno en la que vivimos, con el reciente y persistente incremento de contagios víricos y en el auge de la actividad en el interior de establecimientos por las bajas temperaturas, “está decisión es una verdadera insensatez” declara el experto en epidemias López Acuña.

Esta decisión ha sido ya tomada y eso no quita que deje de ser polémica. No obstante si deseamos regresar a la normalidad cuanto antes, es necesario poner fin a la era de la mascarilla.
Fuentes: Okdiario, El País
Imágenes: El confidencial, Diario noticias