Crónica de dos puntos regalados.

«Mboula Jordi, Jordi Mboula, lo tira quién lo provoca sería en Barcelona» le diría Iñigo Vicente que se dispuso a tirarlo.

El pasado domingo 23 de octubre, se enfrentaron en «El Sardinero» : el Racing de Santander y la Ponferradina. Más de 10.000 personas se congregaron para ver uno de los partidos, que puede ser uno de los mas recordados por los aficionados verdiblancos.

Son las 2 de la tarde, domingo soleado en la capital cántabra, suena «La fuente de cacho», toda la afición en pie para recibir al conjunto local, que presenta un once sin sorpresas pero con alguna que otra baja importante como la del principal ariete Matheus Aias.

«Por ahora todo bien» le dice un niño a su padre a pesar de ir por el minuto 8´. Un par de jugadas después aparecería Satrústegui para marcar el primer gol y generar una alegría momentánea, el gol finalmente acabó siendo anulado por fuera de juego. Con el reciente subidón el conjunto cántabro aprovecho la inercia que traían para lanzarse al ataque y fue en el minuto 18´ cuando Iñigo Vicente marcó el primer gol del encuentro, un tanto de pillo con algo de fortuna que sirvió para acomodarse durante la primera parte del partido. Suena el silbato, el arbitro señala el final de la primera mitad, jugadores y afición parecen contentos, todavía no saben lo que les espera.

En la imagén, Iñigo Sainz-Maza, capitán racinguista, sorteando a dos rivales de la Ponferradina

Se acabó el descanso vuelven los jugador sobre el verde, apenas un cambios en los dos equipos entra Erik Lacerda, delantero centro del Ponferradina. La segunda parte del encuentro empezó muy revuelta, a saber que se habló en los vestuarios, pasados 5 minutos llegaría la acción que cambiaría el partido para siempre, fue algo tal que así. Rompe Mboula por la banda, se mete en el área, caracolea Mboula, se cae al suelo… ¿Qué ha pasado se preguntan enfadados los espectadores? !Ha pitado penalti! ¡Es penalti favorable al conjunto verdiblanco!, se escuchan gritos de celebración en la grada. Se está revisando la jugada, mientras tanto Iñigo Vicente, el autor del primer gol se prepara lanzarlo. Decisión definitiva: es penalti. ¿Cómo? ¿Qué está pasando? Jordi Mboula se acerca para reclamar el lanzamiento, un gesto inútil si su objetivo era tirarlo él, si su objetivo era otro lo consiguió… «Mboula Jordi, Jordi Mboula lo tira quién lo provoca sería en Barcelona» le diría Iñigo Vicente que se dispuso a tirarlo. Y digo tirando porque sí, fallo la pena máxima, el lanzamiento no fue ni dirigido entre los tres palos. Se pudo ver una actitud bastante infantil y egoísta por parte de Jordi, que ni él sabe aún porque tuvo la imperiosa necesidad de ir reclamar el penalti y que lo único que consiguió fue distraer hasta el momento, héroe local. Por otro lado, Iñigo Vicente no demostró la suficiente sangre fría necesaria para marcar en momentos decisivos, es más, a partir de este fallo desapareció totalmente del terreno de juego.

Finalmente, la Ponferradina acabó marcando el gol del empate y dominando, el Racing en su lugar acabó pidiendo la hora. Un partido en el que el equipo local fue de mas a menos, y donde quedo evidenciada la falta de contundencia y efectividad en el área rival.

Y colorín, colorado, 2 puntos regalados.

4 comentarios sobre “Crónica de dos puntos regalados.

  1. Muy buena crónica, se sentía la tensión del momento con tan solo leerlo. Es una pena el egoísmo que corroe al ser humano en un partido tan importante como lo es contra la Ponferradina. Espero que este tipo de faltas de compañerismo no se encuentren en lo que queda de la temporada. Ahora cabeza en alto y a pensar en el Racing-Leganés ¡Aúpa Racing!

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