Una empresa basada en la investigación de enfermedades con el objetivo de desarrollar un método de detección de enfermedades con una sola gota de sangre, ¿suena bien, no? Posiblemente demasiado ambiciosa. Desgraciadamente su promotora se enfrenta ahora a un total de casi once cargos con una condena de veinte años por cada uno.

Empecemos desde el principio, ¿cómo hemos llegado hasta este punto? Bien, Elizabeth Holmes abandonó la universidad de Stanford antes de finalizar su grado con un gran sueño de ayudar a la humanidad. Como se explica más arriba, tenía una idea que despertó gran interés entre los inversores de Silicon Valley, ¿todo bien por ahora, no?
La milagrosa idea llamó la atención de varios expertos en el campo de la ciencia los cuales avisaron a la joven emprendedora de que su idea, por buena y novedosa que fuese, era simplemente una idea y no funcionaría. Elizabeth no se dejó intimidar por dichas afirmaciones, y llena de confianza presentó su idea como una tecnología que podría cambiar el mundo.
A ojos de muchos, Elizabeth era una persona que se mantenía al margen del peligroso mundo de Silicon Valley y que no podía hacer mal alguno. Sin embargo, la señorita Holmes, influenciada por el mundo de Silicon Valley, presentó su visión con una expectativas significativamente altas lo que, como cabría de esperar, resultó en cientos de miles de inversores invirtieran grandes cantidades de dinero. La mentira de la señorita Holmes se iba haciendo progresivamente más grande, como una pequeña bola de nieve que rueda libremente por una colina nevada, hasta el punto de que la empresa llegó a valer un total de nueve mil millones de dólares (9.000.000.000,00$, muchos ceros para hacerse la idea).
A pesar de toda la financiación que tenía, la empresa no había presentado ningún tipo de avance en el desarrollo de su producto. A los periodistas, inversores y políticos se les dijo que la ciencia estaba ahí, en Theranos. Sin embargo, cuando se hicieron preguntas, se les dijo que la tecnología era tan secreta que no podía explicarse, analizarse o probarse por completo. Walgreens, un inversor importante de Theranos, se exasperó con la falta de información proporcionada por la empresa sobre cómo funcionaba el sistema.
Como cabría de esperar, la burbuja explotó y este fraude no quedará impune. Elizabeth Holmes se enfrenta a un total de once cargos entre ellos cuatro relacionados con fraude al público. Aunque ha negado todos en su primera vista, no falta demasiado hasta que ingrese en la cárcel.
En conclusión, el mundo de Silicon Valley presenta ambos extremos del espectro, desde personas que únicamente buscan crear un producto que verdaderamente beneficie a la humanidad, a aquellos más ruines que, cegados por el dinero, buscan su propio beneficio. Elizabeth Holmes es tan sólo otro más de los casos en los que una persona, influenciada por su entorno, cambia sus objetivos y manera de ser.
Fuentes:
https://www.bbc.co.uk/news/technology-59867772
https://www.bbc.co.uk/news/world-us-canada-59734254