El embargo estadounidense contra Cuba, que ha estado en vigor durante más de 60 años, ha tenido un impacto significativo en el desarrollo económico y los niveles de pobreza del país.
Una de las principales consecuencias del embargo ha sido la restricción del comercio entre Estados Unidos y Cuba. Esto ha limitado gravemente la cantidad de bienes y recursos disponibles para el pueblo cubano, lo que ha resultado en una falta de acceso a necesidades básicas como alimentos y medicinas. Además, el embargo ha dificultado que Cuba atraiga inversión extranjera y desarrolle su economía, agravando aún más los niveles de pobreza.
Otra consecuencia del embargo ha sido el impacto negativo en el sector agrícola cubano. El embargo ha dificultado que los agricultores tengan acceso a las herramientas y recursos necesarios para producir cultivos y criar ganado. Además, el embargo ha dificultado que Cuba exporte sus productos agrícolas a otros países, reduciendo aún más los ingresos de los agricultores y las comunidades rurales.

El embargo también ha tenido un impacto negativo en la industria turística cubana. Estados Unidos es una de las principales fuentes de turismo para Cuba, y el embargo ha dificultado que los ciudadanos estadounidenses viajen al país. Esto ha resultado en una reducción de los ingresos por turismo, que es una fuente importante de ingresos para la economía cubana.
En conclusión, el embargo estadounidense contra Cuba ha tenido un impacto significativo en el desarrollo económico y los niveles de pobreza del país. Las restricciones en el comercio, la falta de acceso a recursos, la dificultad para atraer inversión extranjera y el impacto negativo en el sector agrícola y turístico han contribuido a los altos niveles de pobreza en Cuba.