CUTIES, o como una buena intención se pierde en una mala realización

Estrenada en Netflix en agosto de 2020, la película francesa Cuties prometía ser una de las películas de la temporada por su rompedora y atrevida trama, y por su éxito en las críticas anteriores a su salida oficial. La película fue premiada en el festival de Sundace a la mejor dirección, y contaba con una crítica profesional del 88% según la página Rotten Tomatoes, además de innumerables elogios por parte de el público de los festivales en los que se presentó. 


Nada más lejos de la realidad, solo trece meses han pasado desde su lanzamiento, y al visitar Rotten Tomatoes de nuevo el usuario encontrará un 16% de críticas positivas, de entre más de 2500 reseñas publicadas en la página. Los usuarios que han dedicado su tiempo a comentar acerca de la película la tildan como «una película con buenas intenciones pero muy mala realización de las mismas» (IMDB) o simplemente «vergonzosa y repulsiva» y «digna de censura por parte de la plataforma» (reseñas de Google).


¿A qué se debe está diferencia de opinión entre crítica y público? ¿Tan poco sabe la gente de la calle acerca del buen cine? La respuesta radica en la trama misma, el «atrevimiento e innovación» del que presumían en un comienzo ha acabado siendo su perdición.
La trama trata acerca de Amy, una chica musulmana de 11 años que vive en una familia disfuncional, y más importante, fervientemente tradicional. Amy, harta de el estilo de vida que lleva, decide darle un vuelco a su vida y se une a un grupo de baile urbano en el que el estilo predominante es, como no, el twerk. Cuando su familia se entera, surgen problemas entre ellos, que hacen que Amy se replantee todo, desde su relación con su familia hasta las amigas que ha hecho en el nuevo grupo. Tras una pelea con sus amigas decide subir fotos íntimas suyas a la red, lo que le causa aún más inseguridad pues todo el colegio se ríe de ella. Sin embargo vuelve a bailar, pero debido al estrés tiene que abandonar el escenario en mitad de la actuación, huyendo a llorar bajo el brazo de su madre.


Pues bien, esa era la película resumida en un párrafo. Puede parecer que es una película como cualquier otra, quizás algo polémica por el tema de la religión y los valores. Sin embargo, hay un problema subyacente a lo largo de la película: no es una película sobre una musulmana que baila twerk, es una película sobre una musulmana DE ONCE AÑOS que baila twerk.


En Cuties hay un problema enorme de sexualización, y no sería para tanto si no fuera por una parte la religión de la protagonista, sino la edad. Es este factor que parece no ser para tanto al leer este reportaje que ha hecho que las opiniones acerca de la película sean tan malas. No es que la película sea mala (que lo es, porque no tiene una trama atractiva), sino que es desagradable de ver. No es divertido, ni si quiera interesante, ver a niñas de 11 años exponerse de tal manera. Esto no es una animación en la que se dibuja a los personajes por CGI, esto son niñas pequeñas que han aceptado actuar ahí (o más bien sus padres, que deberían plantearse alguna cosa). 


No obstante, no quiero cerrar la opinión solo con negativos. Tengo que concederle a la dirección de la película que la idea es buena, porque los dilemas que se le presentan son relativamente frecuentes, y está bien explorar el tema. Lo único es que la realización de dicha idea no es mala, es horrible. 


Ya está, no puedo seguir hablando de esto. Conclusión de Alfonso Hidalgo: todo mal, no la recomiendo a nadie.