El miércoles 25 de octubre de 2023, a primera hora de la mañana, los turistas y residentes en Acapulco, México, recibieron una aterradora sorpresa. Un huracán de categoría 5 se estaba acercando a una velocidad alarmante a la ciudad costera sin previo aviso.

Acapulco, una ciudad en el Suroeste de Méjico, ubicada en la costa del Pacífico, fue arrasada por el huracán Otis, el cual, en ese instante, era de categoría 5. El presidente de Méjico, Andrés López Obrador, dijo “[fue un] huracán muy fuerte”. Alcanzó máximas velocidades de viento sostenidas de 260Km/h y ráfagas de 315 Km/h – según el Centro Nacional de Huracanes.
El huracán creció desde fuerzas de tormenta tropical hasta huracán en 12 horas a lo largo del martes, y llegó a tierra el miércoles 25 por la mañana, con esta velocidad de incremento de fuerza, no hubo tiempo para crear un aviso general a la población y muchos tuvieron que esperar a que pasara el huracán dentro de sus casas o centros comunes más seguros.
Es el huracán más destructivo en la región desde el huracán Patricia en 2015. Las líneas de comunicación fueron dañadas y los techos fueron arrancados de las casas, incluso algunas casas salieron volando. Muchos de los habitantes estuvieron sin electricidad e incomunicados durante varias horas, hasta que se consiguió arreglar la infraestructura dañada.
El presidente de Méjico, Andrés López Obrador dice que hay daño material significativo, incluyendo deslizamientos de barro que obstruyen la carretera principal entre Acapulco y la Ciudad de Méjico.
López Obrador comunicó que se están organizando varias operaciones humanitarias para ayudar a la población afectada. También comunicó que la ayuda aérea no es viable debido a la falta de infraestructura en buenas condiciones para acomodar tal ayuda en la región. Además, las Fuerzas Armadas están ayudando a despejar las carreteras habilitando la llegada de estos servicios de emergencia.
Oficialmente, han fallecido 27 personas en esta tragedia, y otras 4 siguen desaparecidas.